SICOLOGÍA / Emociones
TENER LOS RECUERDOS SIEMPRE PRESENTE SIGNIFICA QUE ALGO NO ANDA BIEN ES VIVIR ESTAR VIVIENDO POCO.
TENER LOS RECUERDOS SIEMPRE PRESENTE SIGNIFICA QUE ALGO NO ANDA BIEN ES VIVIR ESTAR VIVIENDO POCO.
Vivir de los recuerdos es limitarse, porque quien de algún modo no disfruta el día a día no aprovechando su presente, su momento para experimentar… Porque la vida no consiste en recordar sino en actuar. No es ir hacia atrás sino hacia delante. Ni tampoco estar presos entre el pasado y el futuro, como si el aquí y ahora no existiera.
Recordar es parte
inherente de la vida y a menudo es inevitable, ya sea para bien como para mal.
En cierto modo, los recuerdos son una forma de aferrarnos a lo que
amamos, a quienes somos y a lo que no queremos perder. A
eso que nos marcó profundamente.
El ayer es el
recuerdo de hoy y el mañana es el sueño del presente.
Ahora bien, los
recuerdos son engañosos porque están coloreados con los eventos del presente y
las trampas de la memoria. La diferencia entre los recuerdos falsos y
los verdaderos es la misma que existe entre las joyas: siempre son los falsos
los que parecen más reales, los más brillantes.
El escritor,
guionista y director de cine español Ray Loriga decía en su
libro Tokio ya no nos quiere algo que los científicos llevan
tiempo advirtiendo: “La memoria es el perro más tonto, le tiras un palo
y te devuelve cualquier cosa”.
“¡Ojalá vivas todos
los días de tu vida!”.
-Jonathan Swift-
La vida sería imposible si todo se recordase
En una entrevista le
preguntaron a Albert Einstein qué es lo que hacía cuando tenía
una idea nueva. Por ejemplo, si la apuntaba en un papel o en un cuaderno
especial. El científico contestó con contundencia; “Cuando tengo una idea
nueva, no se me olvida”. Nada más cierto, cuando algo nos emociona
tanto es casi imposible olvidarlo.
Así, recordamos lo
verdaderamente importante, aquello que es capaz de emocionarnos, porque activa
en nosotros las regiones y conexiones cerebrales necesarias que ayudarán a
guardar ese recuerdo. El problema es que lo que debe olvidarse también
suele guardarse con intensidad en nuestra mente. Nada fija tan
intensamente un recuerdo como el deseo de perderlo.
La psicología nos avisa de que olvidar es necesario para
guardar los recuerdos relevantes. Al fin y al cabo, es posible que el perro de la memoria no sea tan tonto
y, en realidad, traiga cualquier cosa y no el palo que lanzamos, porque es lo
que en el fondo queremos recuperar.
“Debes vivir en el
presente, impulsarte con cada ola, encontrar tu eternidad en cada momento. Los
tontos se mantienen de pie en su isla de oportunidades mientras miran a otros
territorios. No hay otro territorio, no hay otra vida sino ésta”.
-Henry David
Thoreau-
Los recuerdos son el perfume que perdura
El placer es la flor que florece cuando vivimos, obramos
y hacemos. Con ellos,
construimos cada día nuestra memoria, que será el perfume que
perdurará. Los recuerdos más felices son los momentos que terminaron cuando
debían, sin estirarlos en el tiempo, sin alargarlos en demasía…
Por lo tanto, no
recordamos días, recordamos momentos. Por ello, debemos producir situaciones
nuevas una y otra vez. La riqueza de la vida reside en los recuerdos
que seguimos formando. Actuar constantemente puede resultar
complicado, sobre todo si estamos apalancados en nuestra zona de confort. Sin
embargo, es necesario hacerlo para vivir con intensidad.
A pesar de tener un
cuerpo físico tangible y percibir el mundo que nos rodea con todos nuestros
sentidos, solemos vivir en nuestra mente. Sin embargo,
es necesario tomar una decisión. Podemos pasar la vida recordando
acontecimientos del pasado y cómo nos hicieron sentir. O, por el contrario,
podemos tomar las riendas de nuestras vivencias y por supuesto, de nuestras
emociones. Solo si lo hacemos, seremos capaces de disfrutar de nuestra
existencia.
La clave para vivir más que recordar se encuentra en
pensar, imaginar y esperar menos. Aceptar lo que hay y nada más. Vivir el momento, sin
dejarnos distraer por las trampas de nuestra mente.
Y es que, en
general, siempre estamos preparándonos para vivir, pero nunca estamos viviendo.
Sin embargo, la vida debería funcionar justo al revés.
La felicidad no está en otro lugar sino aquí y hora, si
en esta hora. No lo olvides.
“ carpe diem”
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